A Valentina Villalba la vida parece sonreírle. Lo tiene todo: belleza, una cuantiosa fortuna que le dejaron sus padres, una exitosa carrera y un novio al que adora. Vive en su mansión de la ciudad de México en compañía de su querida tía Isabel, su nana Benita y de su envidiosa prima Ivana. Valentina piensa que su felicidad será completa cuando se case con su prometido, Alonso, dentro de unos días. Pero la realidad está a punto de destruir su ilusión, porque Alonso sólo busca su dinero, y además es amante de Ivana. Ambos han fraguado un plan para arrebatarle su fortuna, pero las cosas se complican y Alonso prefiere desaparecer; hace creer a Ivana que se marcharán juntos del país, pero nunca llega al aeropuerto, y deja a Valentina plantada ante el altar. A partir de ese momento, Valentina es otra mujer. De aquella joven dulce, justa y sensata se transforma en una mujer fría, autoritaria y déspota, llena de amargura.
Valentina se aísla y se va a vivir a la hacienda “Los Cascabeles”, una de sus propiedades en el campo, donde conoce a José Miguel, quien recientemente ha llegado a trabajar la hacienda de su padre, aledaña a la de Valentina. En poco tiempo, la gente de la comarca llega a odiar a Valentina porque su capataz, Rosendo, es un hombre perverso y sádico que comete muchos abusos en nombre de ella.
José Miguel y Valentina tienen varias discusiones a causa de los límites de sus tierras. Ella se comporta orgullosa y altanera, pero José Miguel se da cuenta de que se ha enamorado de la belleza y la fuerza de carácter de Valentina, por lo que está decidido a conquistarla.
A pesar de todos los obstáculos, originados por Ivana y Rosendo, Valentina permite que sus sentimientos hacia José Miguel poco a poco vayan escalando la fortaleza que construyó alrededor de su corazón, hasta vencer su orgullo, y entregarse juntos al verdadero amor.